La habilidad de esta reptiliana de arengar a otras como ella a unirse a la lucha (en particular contra los draconianos) es curiosamente mejor aprovechada por los draconianos... y hasta con ayuda de algo atlante. Los mejores Eternos no escatiman recursos para hacerse con la victoria.
Tomemos el caso del Arrasador incendiario. Jugar esta nave es una movida suicida si no se controlan bien las consecuencias. Puede asegurarnos la partida, o condenarnos a la derrota. Una manera de minimizar sus efectos es, por ejemplo, abrir vórtices de poca magnitud, y jugar la nave cuando tengamos todavía un nodo importante o manera de recuperar nexos del limbo. ¡No olvidemos la estabilidad! Al incluir una Colonia distante en un mazo Al-Tuban, podemos ampliar la magnitud de un vórtice, y cuando la Colonia es confinada por la nave, estabilizaremos los pocos nexos que nos quedan.
De la misma manera, al jugar la nave podemos dejar estratégicamente fuera una Incitadora subversiva, que en cualquier caso, al ser confinada, irá a buscar a una compañera y tendremos entonces para atacar el Arrasador además de la Incitadora (que bien podría subirse a otra nave y reforzar la flota draconiana!).
![]() |
![]() |
![]() |